La hermana Inés es una monjita de "toda la vida" del barrio.
Ella se levanta muy temprano para orar(por todos nosotros),hace sus tareas en la Comunidad,da clases a sus pequeños alumnos,visita enfermos en sus casas o en los hospitales llevándole la Comunión,o simplemente haciéndoles compañías (de esto soy testigo)....¿hasta ahora lo normal no?
Pero esta monjita lleva haciendo esto(y lo que no sabemos)desde antes de que tuviera yo uso de razón.
Ahora tendrá ochenta y muchos años...ayer la vi,caminando "a toda pastilla" después de bastante tiempo y la saludé, ¡se acordaba de mi!(con la de personas y familias que habrá pasado por su vida).
Me hizo gracia verla tan viejecita y pequeñaja,con su hábito, corriendo para llevar la Comunión a un enfermo.
Y...me dio que pensar.
¡Cuántas personas hay en este mundo que hacen el bien ,entregan sus vidas a lo demás(no hay que ser monja o cura para dedicar tiempo a los demás dando a conocer a Dios o simplemente estar ahí)y lo más admirable es que lo hacen sin hacer ruido.
No se dan golpes de pecho y dicen a "voz populí" el bien de sus actos...
Estamos acostumbrados a aplaudir cuando alguien hace algo bueno,y eso está genial pero¿ no debería ser lo normal?
En fin...que esta pequeñaja monjita,entrañable y a simple vista "poquita cosa"(cariñosamente hablando)es una de esas personas que son "santas en vida",pasan y hacen el bien con una sonrisa,pero sin hacer ruido,con una humildad y trato humano impresionante.
Gracias hermanita....Tu vida es un gran testimonio basado en los hechos,y no en palabras.
Espero y deseo que la hermana Inés, como muchos que dedican su vida a los demás desde el anonimato,cuando necesiten de nosotros sepamos dar la talla y estar a su lado de corazón y con una gran sonrisa...¡ que menos!(aunque no hay que esperar necesariamente a que nos necesiten,para corresponder)
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